Cuando hablamos de Olivia Palermo no estamos hablando de una «it girl» más. Estamos hablando de la «it girl» neoyorquina por excelencia. Una joven que se dio a conocer en el 2006 cuando Patrick McMullan, fotógrafo de los famosos, la inmortalizó en una fiesta benéfica. Desde ese momento -y para siempre-, Olivia ya no pasa desapercibida ante ojos de nadie.
Olivia Palermo: el sueño cumplido de cualquier «it girl»
Olivia Palermo, la conocida socialité de los últimos años nació en el seno de una adinerada familia de Manhattan, siendo hija del productor inmobiliario Douglas Palermo. Su infancia la vivió entre Nueva York y Greenwich, donde asistió a la St. Luke’s School. Más adelante, acorde ganaba edad, decidió estudiar en la Escuela de Arte y Diseño Parsons de París, la Gran Cuidad de la Moda por excelencia (lo que ya indicaba apuntar maneras), y, más tarde, regresó a Nueva York, donde asistió a la Parsons New York, así como a la Universidad The New School para completar, de esta manera, sus estudios de Comunicación.
Hasta aquí, nada fuera de lo normal. La trayectoria que habíamos podido tener cualquier de nosotras…
Qué le hizo saltar a la fama
Entonces, en 2006, Patrick McMullan, un conocido fotógrafo experto en imágenes de famosos, inmortalizó a Olivia en una fiesta benéfica. Y, a partir de ahí, a nuestra neoyorquina empezaron a lloverle cientos y cientos de invitaciones para acudir a exclusivos eventos y fiestas.
Con el paso del tiempo, la invitaron a participar en el reality The City, que se estrenó en 2008, con el fin de ser ella quien documentase la vida de unas niñas bien de la Gran Manzana, y, éste, podemos decir que fue uno de sus grandes pasos hacia su reconocimiento mundial.
Más tarde, en 2009, fue fichada por la agencia de modelos Wilhelmina Models, donde colaboró con mucho gusto, y trabajó para el departamento de relaciones públicas de Diane von Fürstenberg y para el de accesorios de la revista Elle. En 2010, protagonizó las campañas de Hogan y Mango, a lo que -a propósito- comentó que “trabajar con Mango es un placer. Es una marca asequible y marca tendencia”
Desde entonces, Olivia se convirtió en la «it girl» por excelencia, siempre arrasando con su impoluta belleza y su gran gusto a la hora de combinar firmas de bajo coste (Low Cost), como Zara, con otras de lujo. Hoy en día, no hay evento de moda o gala en la que Olivia no ocupe el front row.
A día de hoy, ya puede presumir de haber colaborado con marcas como Carrera y Carrera, Pikolinos, Otto, Fancy, Tommy Hilfiger, Max Mara, y mucho más.
Pero, independientemente de su trayectoria, lo que realmente nos gusta de Olivia es el savoir faire que desprende con su estilo; un estilo que enamora. Unos looks y outfits que enamoran a leguas, y que muchas fashion victims tratan de imitar en el día a día. Una joven que, ya desde temprana edad, ha sabido conquistar a todo el mundo con un estilo único y un sentido innato para generar tendencias allí por donde pasa.
Looks inmejorables que la colocan como la reina absoluta del street style, con un estilo clásico, limpio y versátil, y terriblemente femenino.