Lo de este hombre es toda una paradoja. Por un lado, ha logrado consolidarse como uno de los mejores diseñadores de todos los tiempos; pero por el otro, sus excentricidades son tales que le han llevado a romper con todos los patrones de estilo posibles.
Las malas lenguas dicen que no se separa de sus queridísimas gafas de sol porque le permiten «ausentarse» en las fatigosas reuniones que el as de ases tiene que soportar. En pocas palabras, echa una discreta cabezadita mientras su ejército de séquitos habla…
Luego está el tema de la faja… Sí, habéis oido bien, el señor Lagerfeld se enfunda en una megafaja todas las mañanas para reducir su tripa, y al parecer consigue meterse en unos pantalones de mujer de la talla 34!!!
Y para rematar, las camisas de cuello de doble altura que lleva (marca de la casa) le ayudan a disimular el paso del tiempo, al igual que la media hora de sesión matutina de maquillaje y peluquería que pasa frente al espejo.
A pesar de todo, este crack es uno de mis favoritos.