Al contrario de lo que podría parecer, la celebración del Día de San Valentín es cada vez más popular. Siguiendo la tendencia mundial, la pandemia ha traído consigo un crecimiento del 4% en los últimos dos años del interés de los consumidores españoles por esta fecha; que ha dejado de ser una celebración del amor de pareja y ya es una ocasión de demostrar amor a sus seres queridos, regalándoles por ejemplo unas flores para San Valentín porque los clásicos siempre son una apuesta segura.
Desde hace unos años la celebración de San Valentín se extiende a otros tipos de amor, más allá del romántico; y ya son muchos quienes deciden tener un detalle con su madre; hermana o prima o mejor amiga, cómplice, consejera o guardiana de secretos para agradecérseles su lealtad incondicional, que también es un tipo de amor verdadero. Incluso hay quienes optan por obsequiar a sus mascotas, esos peludos incondicionales que pueden convertirse en el mejor de los amigos.
Aunque muchos lo desconocen, el origen de la celebración del Día de los Enamorados el 14 de febrero se remonta a la historia antigua. Hay diversas teorías, desde los historiadores que lo sitúan en la antigua Roma en una fiesta romana llamada Juno Februata, en la cual los jóvenes varones escogían el nombre de su pareja durante esos días extrayendo un papel con su nombre de una caja. Estas uniones temporales a veces acababan en matrimonios; hasta quienes lo fechan en el siglo II también en Roma, cuando el emperador Claudio II El Gótico promulgó una ley que prohibía casarse a los jóvenes para que se alistasen en el ejército. Un joven sacerdote llamado Valentín desafió la prohibición del emperador y empezó a casar en secreto a parejas de jóvenes enamorados. Cuando fue descubierto, le encarcelaron y el 14 de febrero del año 269 fue lapidado y decapitado.
Sea cuál sea su origen, enamorados de todo el mundo aprovechan esta fiesta para celebrar su amor. Diversas encuestas arrojan que los regalos más clásicos como: las flores, los chocolates y los peluches siguen siendo un regalo muy valorado por quien lo recibe. También son muy apreciados los regalos DIY, las cenas románticas o los desayunos en la cama preparados por el ser amado, o las cartas o tarjetas con palabras y dedicatorias de amor.
Pero, sin duda, las flores adquieren un especial protagonismo en esta fecha. Muchos eligen regalar un ramo de las flores preferidas de la pareja. Pero de de entre todas ellas, las rosas son las reinas indiscutibles de San Valentín. Durante siglos, las rosas rojas se han convertido en el símbolo por excelencia del amor, la belleza y la pasión por lo que resultan perfectas para expresar sentimientos en esta fecha. Se puede optar por un ramo sólo de rosas rojas u optar por una de las irresistibles combinaciones que han preparado los maestros floristas de Interflora para poder sorprender a tu media naranja. Preciosos y duraderos ramos que no podrá dejar de admirar. Para saber más consultar la web de Interflora.
Si por cualquier causa no vas a poder ver a tu pareja para celebrar el Día de San Valentín juntos, una gran idea es enviarle un precioso ramo de rosas rojas a domicilio. Puedes acompañarlo de unos deliciosos bombones o de un peluche y por supuesto de una romántica dedicatoria que le demuestre, que a pesar de la distancia, estás pensando en él o ella.
Pero existe una opción muy original y única de regalar flores. Interflora propone una rosa bañada en oro con la que sorprender en San Valentín. Un regalo inolvidable que simboliza el amor eterno gracias a la combinación de: luna perfecta rosa natural, sinónimo del amor y la pasión; con el metal más preciado, el oro, que se asocia por excelencia a la eternidad, ya que no se oxida ni se corroe. Cada una de estas rosas de oro es elaborada a mano con todo el mimo por los maestros artesanos de Interflora en sus talleres de Orleans (Francia). Utilizan rosas naturales de la mejor calidad, sobre las que aplican un baño de oro de 24 quilates. Todo ello, las convierte en piezas únicas con su certificado de autenticidad, ya que cada una de estas rosas de oro eternas posee su propia numeración. Se entregan en mano en un precioso y elegante estuche rojo o, si se prefiere, preservada en campana. Además es posible acompañarlas de una emotiva o romántica dedicatoria personalizada para el ser amado. Qué mejor forma de prometer amor eterno en San Valentín, que con esta joya vegetal que jamás se marchita. De esta forma, el afortunado que reciba esta rosa tan especial, podrá recordar cada vez que la mire, los profundos sentimientos que despierta en quien ha elegido un obsequio tan especial para ellos.
No hay excusa para no tener un detalle en San Valentín, sea cual sea el presupuesto, y celebrar el sentimiento más hermoso del mundo, el amor, en cualquiera de sus variedades.