Según diferentes estudios, la celulitis afecta a alrededor del 90% de las mujeres. En este caso hay que tener en cuenta que hay diferentes formas de tratarla y una de ellas es mediante una técnica conocida como radiofrecuencia, algo de lo que os vamos a hablar en este artículo.
Características de la radiofrecuencia
Se trata de una tecnología que se utiliza para el tratamiento no quirúrgico que ayuda a contornear el cuerpo, eliminar grasa y sobre todo, reducir o acabar con la celulitis. Es una clase de tratamientos que solamente debería hacerse en centros médicos especializados, con la maquinaria específica y hecho por profesionales especializados con una gran experiencia.
La radiofrecuencia tiene la capacidad de generar un importante campo eléctrico que cambia de positivo a negativo produciendo calor, una de las claves de esta tecnología. El calentamiento profundo que produce esta técnica afecta tanto a la piel como al tejido graso subcutáneo.
Con este calentamiento se mejora el drenaje linfático, permitiendo reducir los líquidos y toxinas que pueden ir almacenándose en los adipocitos del tejido afectado por la celulitis. Además, es importante recordar que se produce un aumento de la circulación sanguínea de la zona, lo que hace que se mejore notablemente el metabolismo del tejido graso subcutáneo como el aspecto de la piel.
La radiofrecuencia provoca también la formación de nuevo colágeno, tanto en la piel como también en el tejido subcutáneo, lo que permite que adquiera más firmeza. Con esta clase de tratamiento, el volumen del cuerpo se reduce gracias a la reducción tanto del edema como la compactación de lo que se conoce como tejido conectivo.
La energía de esta técnica tiene la capacidad de penetrar en las capas más profundas de la piel, llegando a afectar a la dermis profunda y también a las capas subcutáneas, algo que con otras técnicas como el láser no se puede conseguir.
Sin duda, se trata de una alternativa terapéutica muy eficiente para poder luchar contra la celulitis y también con la flacidez corporal, lo que hace que sea uno de los tratamientos más demandados hoy en día.
Esta técnica, además de mejorar o incluso llegar a eliminar la celulitis y tratar la flacidez, también, es ideal para mejorar notablemente la circulación de la piel así como el tejido subcutáneo, reduciendo la piel de naranja, incrementando la producción del colágeno, tensa la piel, mejora el drenaje linfático y también reduce el volumen de la zona que se está tratando.