La cebolla es eso que seguro que todos nosotros (o al menos la gran mayoría) odiamos a la hora de cocinar solo por el mero hecho de que basta con meter la punta del cuchillo o quitarle un poco de la piel que la recubre para que su olor y los juegos que libera nos hagan llorar como una verdadera magdalena. Sin embargo, más allá del hecho de que la cebolla nos haga llorar a lágrima viva sin razón aparente, se trata de uno de los alimentos con mayores propiedades curativas y uno de los más recomendamos en las sesiones de belleza.

Gracias a la cebolla podremos tener una piel mucho más suave, hidratada y rejuvenecida. Además, gracias a las diversas propiedades de la cebolla podremos también solucionar problemas como la caída del cabello, problemas respiratorios o algunas alergias.

Todas estas propiedades vienen dadas gracias en parte a la cantidad de vitaminas que posee, ya que la cebolla es rica en vitaminas A, B1, C y E, que son algunas de las vitaminas empleadas como antioxidantes y como una buena forma de rejuvenecer gracias a estos antioxidantes. Además, mantiene nuestro cuerpo en las condiciones óptimas de nutrición gracias a los minerales que la componen, como el calcio, el magnesio, el hierro o el azufre.

Lo mejor que podemos hacer para beneficiarnos de todas las propiedades que ofrece la cebolla es comerla a menudo. Eso sí, ya sea en ensalada o en cualquier tipo de comida, lo mejor que podemos hacer es comer la cebolla cruda, en su estado natural, para no mermar sus propiedades. Además, en sesiones de belleza también podemos utilizar el jugo de la cebolla para extraer todas sus vitaminas y minerales y aplicarlos directamente sobre nuestra piel